¿En qué año llegó el primer automóvil al Perú? El primer automóvil que circuló en Perú es objeto de debate debido a que no hay una fecha exacta. Sin embargo, se sabe que fue un Gardner Serpollet importado desde Europa por el minero Arturo Wertheman. Se cuenta que el vehículo llegó a Huaraz en 1899, donde se armó y se condujo a más de 4.000 msnm, todo un logro para la época.
A pesar de que el primer automóvil en el país fue el Serpollet, Jorge Basadre afirma que este fue importado en 1901, según lo explica el compendio “El siglo XX en el Perú a través de El Comercio”. A partir de ese año, se realizaron varios avances en el uso del automóvil en el país.
En 1902, Enrique S. Prevost importó un par de automóviles de tracción construidos en Inglaterra y recorrió los 100 kilómetros que separan Tambo Colorado del Cerro de Pasco en 36 horas. Este evento generó una gran emoción en la población.
Finalmente, en 1903 se importó el primer automóvil a vapor a Lima. Este fue un Locomobile de origen europeo importado por Ricardo L. Flores. Dos años después, Abraham y Miguel Elguera importaron el primer automóvil norteamericano REO, convirtiéndose en los primeros comerciantes en vender autos en Lima.
Un hecho interesante en la historia del automóvil en Perú es que en 1907, Alberto Grieve construyó el primer automóvil peruano. Grieve diseñó y construyó el vehículo en su taller del Jirón Washington 117, y para fines de 1908 ya estaba listo. Sin embargo, el presidente Leguía no apoyó el proyecto para construir vehículos para el correo y la prefectura, por considerar que el país necesitaba productos de países más avanzados.
Los precios de los automóviles en esa época eran muy elevados, como lo demuestra un anuncio que muestra que los REO costaban entre 1.500 y 5.500 soles. Además, los temores de la época se centraban en la velocidad de los vehículos y en la dificultad de la policía para capturar a los infractores.
A pesar de los desafíos, el automóvil se convirtió rápidamente en un símbolo de progreso y modernidad en el país, y su evolución ha seguido en constante avance hasta la actualidad.