La fiesta del Corpus Christi es una celebración religiosa muy importante en el Perú y en muchos otros países de tradición católica. Su origen se remonta al siglo XIII, cuando la Iglesia católica comenzó a celebrar la Eucaristía con una solemnidad especial, en honor al cuerpo y la sangre de Jesucristo.
En el Perú, esta fiesta adquirió un carácter muy especial desde la época colonial. Fue el virrey Francisco de Toledo quien la instauró en 1572, como una manera de reemplazar las festividades del Inti Raymi, que eran celebradas por los Incas en honor al sol, y que fueron prohibidas por el virrey por considerarlas una amenaza para la religión católica.
Desde entonces, la fiesta del Corpus Christi se ha convertido en una de las festividades religiosas más importantes del Perú, y especialmente de la ciudad del Cusco, donde se lleva a cabo de manera muy especial.
La fiesta comienza el día anterior a la fecha central, cuando los santos y vírgenes de todas las parroquias de la ciudad son llevados en procesión a la catedral del Cusco. Allí, se realiza una ceremonia especial para recibirlos y se les deja allí durante toda la noche.
Al día siguiente, muy temprano en la mañana, comienza la procesión principal. Se llevan en hombros quince imágenes de santos y vírgenes, provenientes de quince parroquias diferentes, que desfilan por las calles de la ciudad acompañados por miles de fieles.
La procesión es muy solemne y está acompañada por música, danzas y cánticos religiosos. Los fieles llevan consigo velas, flores y otros objetos simbólicos, como manera de expresar su devoción y gratitud por los milagros y bendiciones recibidos.
La procesión recorre las principales calles del Cusco, y finalmente retorna a la catedral, donde se celebra una misa solemne en honor al Corpus Christi. Durante la misa, se realizan ofrendas y se bendicen los alimentos que los fieles han llevado consigo para ser bendecidos y consumidos en familia.
La fiesta del Corpus Christi es una manifestación de la fe y la devoción religiosa de los peruanos, que se ha mantenido vigente durante siglos. Es una muestra de la fusión de las tradiciones y culturas que conforman el Perú, y que se han unido en una sola celebración, en honor al cuerpo y la sangre de Cristo.