Respirar es un proceso vital que consiste en introducir oxígeno en el cuerpo y expulsar dióxido de carbono. Sin embargo, respirar no es igual en todos los lugares del planeta, ya que la cantidad de oxígeno disponible en el aire depende de la presión atmosférica y de la densidad del aire, que varían según la altitud.
La presión atmosférica es la fuerza que ejerce el aire sobre la superficie terrestre. A mayor altitud, menor es la presión atmosférica, ya que hay menos cantidad de aire por encima. Esto implica que las moléculas de aire se encuentran más separadas entre sí y que hay menos moléculas de oxígeno por unidad de volumen.
La densidad del aire es la masa de aire por unidad de volumen. A mayor altitud, menor es la densidad del aire, ya que las moléculas de aire se expanden al haber menos presión. Esto también implica que hay menos moléculas de oxígeno por unidad de volumen.
Estos dos factores hacen que el oxígeno sea más escaso en altitudes elevadas y que cueste más respirar. El cuerpo necesita más esfuerzo para captar el oxígeno del aire y transportarlo a la sangre. Esto puede provocar síntomas como fatiga, mareos, dolor de cabeza, náuseas y dificultad para respirar.
Estos síntomas forman parte del llamado mal de altura o soroche, que es una condición médica causada por la falta de adaptación del organismo a la baja presión y concentración de oxígeno en el aire. El mal de altura puede ser leve o grave, dependiendo de la altitud, el tiempo de exposición y la susceptibilidad individual.
Para prevenir y tratar el mal de altura se recomienda:
- Ascender gradualmente a las altitudes elevadas para dar tiempo al cuerpo a adaptarse.
- Beber mucha agua para evitar la deshidratación.
- Comer alimentos ligeros y ricos en carbohidratos para facilitar la digestión y proporcionar energía.
- Evitar el alcohol, el tabaco y los medicamentos que puedan afectar a la respiración o a la circulación.
- Descansar adecuadamente y evitar el ejercicio intenso.
- Realizar ejercicios de respiración profunda para aumentar la oxigenación.
- Tomar medicamentos específicos para el mal de altura bajo prescripción médica.
Si los síntomas del mal de altura son severos o no mejoran con estas medidas, se debe descender inmediatamente a una altitud menor y buscar atención médica urgente.