El albinismo es un trastorno hereditario que se caracteriza por la falta o disminución de melanina, el pigmento que da color a la piel, el cabello y los ojos. Las personas albinas tienen una apariencia de piel y cabello muy claros, y pueden presentar problemas de visión y sensibilidad al sol.
El albinismo se produce por una alteración en uno o varios genes que intervienen en la producción o distribución de melanina. La melanina se sintetiza en unas células llamadas melanocitos, que se encuentran en la piel, el cabello y los ojos. La cantidad y el tipo de melanina determinan el tono de la piel y el color del cabello y los ojos.
Existen diferentes tipos de albinismo, según el gen afectado y el grado de afectación de la melanina. Los tipos más frecuentes son:
- Albinismo oculocutáneo (OCA): afecta a la piel, el cabello y los ojos. Dentro de este tipo hay varias subtipos, según la cantidad de melanina que se produce:
- OCA-1: se debe a una mutación que impide la producción de melanina. Las personas con este subtipo tienen piel, cabello e iris de color blanco o rosado.
- OCA-2: se debe a una mutación que reduce la producción de melanina. Las personas con este subtipo tienen piel, cabello e iris de color amarillo claro o marrón.
- OCA-3: se debe a una mutación que afecta a un tipo específico de melanina llamado feomelanina. Las personas con este subtipo tienen piel y cabello de color rojizo o cobrizo.
- OCA-4: se debe a una mutación que disminuye la distribución de melanina. Las personas con este subtipo tienen características similares a las del OCA-2.
- Albinismo ocular (OA): afecta solo a los ojos. El color de la piel y el cabello suele ser normal, pero el examen ocular revela que no hay pigmento en la retina, la capa que recubre el interior del ojo y capta las imágenes.
Las personas albinas pueden tener diversas complicaciones asociadas al albinismo, como:
Problemas de visión: debido a la falta de pigmento en la retina, las personas albinas pueden presentar baja visión, nistagmo (movimientos involuntarios y rápidos de los ojos), estrabismo (desviación de un ojo), fotofobia (sensibilidad a la luz) o astigmatismo (deformación de la córnea).
Problemas de piel: debido a la falta de protección frente a los rayos ultravioleta del sol, las personas albinas tienen mayor riesgo de sufrir quemaduras solares, úlceras cutáneas y cáncer de piel. Por eso, deben usar protector solar, ropa adecuada y sombreros para evitar la exposición solar excesiva.
Problemas sociales y emocionales: debido a su apariencia diferente, las personas albinas pueden sufrir discriminación, rechazo, burlas o estigma social, lo que puede afectar su autoestima, su integración y su salud mental. Por eso, es importante brindarles apoyo psicológico y educar a la sociedad sobre el albinismo.
El albinismo no tiene cura, pero se puede tratar algunas de sus complicaciones. Por ejemplo, se puede mejorar la visión con anteojos, lentes de contacto o cirugía ocular; se puede prevenir el cáncer de piel con revisiones dermatológicas periódicas; y se puede ofrecer asesoramiento genético a las familias con antecedentes de albinismo.
El albinismo es una condición que afecta a la pigmentación de la piel, el cabello y los ojos, y que se debe a una alteración genética. Las personas albinas pueden tener diversos problemas de salud y sociales, pero también pueden llevar una vida normal con los cuidados y el apoyo adecuados..