Los peces son animales acuáticos que pertenecen al grupo de los vertebrados. Tienen un cuerpo alargado y cubierto de escamas, y se desplazan mediante aletas. Los peces respiran por branquias, que son órganos que les permiten extraer el oxígeno disuelto en el agua.
Los peces, al igual que otros animales, necesitan dormir o entrar en un estado de reposo para recuperar la energía y el equilibrio del organismo. Sin embargo, la forma en que duermen los peces es muy diferente a la de los humanos y otros mamíferos.
Una de las principales diferencias es que los peces duermen con los ojos abiertos. Esto se debe a que los peces no tienen párpados, es decir, no tienen una membrana móvil que cubra y proteja el ojo. Los párpados son útiles para los animales terrestres, ya que evitan que los ojos se sequen o se irriten por el polvo o la luz. Pero los peces no necesitan párpados en el agua, ya que sus ojos están siempre hidratados y adaptados a la luz ambiental.
Otra diferencia es que los peces no tienen un ciclo de sueño fijo, sino que se adaptan a las condiciones del medio. Algunos peces duermen de día y otros de noche, según su hábitat y su alimentación. Algunos peces duermen más tiempo y otros menos, según su especie y su actividad. Algunos peces duermen en el fondo del mar y otros cerca de la superficie, según su preferencia y su seguridad.
Además, los peces no tienen un sueño profundo como los humanos, sino que entran en un estado de letargo o ensueño, en el que reducen su actividad y su metabolismo, pero siguen alertas ante posibles amenazas. Algunos peces se quedan inmóviles y otros se mueven ligeramente para mantener el equilibrio y el flujo de agua por las branquias.
En conclusión, los peces duermen con los ojos abiertos porque no tienen párpados ni necesidad de cerrarlos. Su sueño es diferente al de los humanos y depende de muchos factores ambientales y biológicos. Dormir les ayuda a conservar la energía y a regular el funcionamiento del cuerpo.