En el centro histórico de Lima, se encuentra la famosa calle Capón y el barrio de los chinos, dos lugares que tienen una historia que pocos conocen. ¿Te has preguntado alguna vez por qué se llaman así? Aquí te contaremos todo lo que necesitas saber sobre el origen de estos nombres y la historia detrás de ellos.
La historia detrás del nombre de la calle Capón
Según el historiador Eugenio Chang-Rodríguez, la calle Capón se llamaba así porque allí es donde los inmigrantes chinos del siglo XIX trabajaban castrando cerdos. Los chinos fueron contratados como mano de obra barata para trabajar en las haciendas y en la producción de alimentos, especialmente en la cría de cerdos.
Castrar a los cerdos era una técnica utilizada para evitar el fuerte olor de la carne y aumentar el peso de los animales. De esta forma, los cerdos podían ser vendidos a un precio más alto. Los chinos, expertos en esta técnica, trabajaban en la calle Capón realizando esta labor.
Sin embargo, existe otra versión sobre el origen del nombre de la calle Capón. Según el historiador Luis Antonio Eguiguren, un famoso caballero del siglo XVIII llamado Manuel Loayza, junto a su esposa y el hermano de la Perricholi, vendían capones (gallos castrados de corral) en esta calle.
Por otro lado, también se menciona que Loayza fue un sacerdote del siglo XVII, al que apodaban «capón» por haber sido castrado y vivir allí. Sin embargo, esta versión no ha sido comprobada.
El barrio de los chinos: una historia de inmigración y lucha
El barrio de los chinos es uno de los lugares más conocidos del centro histórico de Lima. Durante el siglo XIX, llegaron a Perú un gran número de inmigrantes chinos, contratados como mano de obra barata para trabajar en las haciendas y en la producción de alimentos.
A pesar de la difícil situación en la que se encontraban, los inmigrantes chinos lograron organizarse y luchar por sus derechos. Fundaron asociaciones, como la Sociedad de Beneficencia China, y comenzaron a exigir mejores condiciones de vida y trabajo.
El barrio de los chinos se convirtió en un lugar de encuentro y de resistencia para la comunidad china. Allí, se establecieron tiendas, restaurantes y otros negocios que se convirtieron en parte de la identidad del barrio.
En la actualidad, el barrio de los chinos es un lugar turístico muy visitado por su rica historia y su arquitectura colonial. La calle Capón es una de las calles más concurridas del barrio, llena de negocios y restaurantes que ofrecen comida china y peruana.