El Sepa fue una colonia penitenciaria ubicada en el corazón de la selva amazónica, en la confluencia de los ríos Urubamba y Sepa (Ucayali).
Fue construida en 1949 por órdenes del general Odría y se le consideró una cárcel en la que toda fuga era imposible; sin embargo, en 1973, José Luis Rojas Moya, joven rimense de 19 años, quien fuera sentenciado a 25 años por el asesinato de un monje franciscano. Fugó del penal junto a dos reclusos.
Solo José Luis pudo escapar. Por ello, lo llamaron el “Paillon peruano” al compararlo con Henri Charriére, el célebre preso francés que escapó de la isla del Diablo.