Bulgaria es un país de Europa del Este que tiene una peculiaridad que lo distingue del resto del mundo: su forma de expresar el sí y el no con la cabeza. Mientras que en la mayoría de los países se asiente con la cabeza para decir sí y se niega con la cabeza para decir no, en Bulgaria se hace al revés: se niega con la cabeza para decir sí y se asiente con la cabeza para decir no¹. ¿A qué se debe esta singularidad? ¿Qué consecuencias tiene para la comunicación? ¿Qué otras regiones comparten esta costumbre? En este artículo te explicamos las posibles razones y curiosidades de este gesto tan búlgaro.
No hay una explicación definitiva y científica sobre el origen de esta inversión del sí y el no en Bulgaria, pero existen varias hipótesis y leyendas que intentan darle sentido. Una de las más populares es la que relaciona este gesto con la resistencia de los búlgaros ante la ocupación otomana, que duró cinco siglos hasta el siglo XIX. Según esta versión, los turcos intentaban convertir a los búlgaros al islam poniéndoles un cuchillo en el cuello y preguntándoles si querían cambiar de religión. Los búlgaros, que eran cristianos ortodoxos, se negaban a renunciar a su fe, pero sabían que si movían la cabeza de lado a lado para decir no, el cuchillo les cortaría la garganta. Por eso, idearon mover la cabeza de arriba a abajo para decir no, pero pensando en sí. Así, salvaban su vida y su alma.
Otra hipótesis es la que vincula este gesto con la influencia bizantina, ya que Bulgaria fue parte del Imperio Bizantino durante varios siglos. Al parecer, los bizantinos tenían una forma especial de expresar el sí y el no con la cabeza: movían la cabeza hacia arriba y hacia abajo para decir no (como si estuvieran diciendo \»no puedo\») y movían la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro para decir sí (como si estuvieran diciendo \»por supuesto\»). Esta costumbre se habría transmitido a los búlgaros y se habría mantenido hasta hoy.
Sea cual sea el origen de este gesto, lo cierto es que tiene sus ventajas y sus inconvenientes para la comunicación. Por un lado, puede ser una fuente de confusión y malentendidos para los extranjeros que visitan o viven en Bulgaria, ya que pueden interpretar mal las respuestas de los búlgaros o ser malinterpretados por ellos. Por ejemplo, si un turista le pregunta a un búlgaro si hay una farmacia cerca y este le responde que sí moviendo la cabeza de lado a lado, el turista puede pensar que le está diciendo que no y buscar otra dirección. O si un búlgaro le pregunta a un extranjero si le gusta la comida típica y este le responde que sí moviendo la cabeza de arriba a abajo, el búlgaro puede pensar que le está diciendo que no y sentirse ofendido.
Por otro lado, este gesto puede ser también una forma de expresar la identidad y la singularidad de los búlgaros, así como una muestra de su hospitalidad y adaptabilidad. Los búlgaros son conscientes de que su forma de decir sí y no es diferente a la del resto del mundo y suelen avisar a los extranjeros o intentar adaptarse a ellos para facilitar la comunicación. Además, los búlgaros suelen acompañar sus respuestas con palabras o con otros gestos como levantar las cejas o encoger los hombros para evitar confusiones.
Bulgaria no es el único país donde el sí es no y el no es sí. Otras regiones cercanas como Albania, Macedonia del Norte o algunas zonas de Grecia comparten esta costumbre, que se cree que tiene un origen común. También hay casos aislados en otras partes del mundo, como en algunas tribus de África o de América, donde se usan gestos diferentes para expresar el sí y el no.
Así pues, Bulgaria sí quiere decir no y no quiere decir sí, pero esto no es un obstáculo para la comunicación, sino una oportunidad para conocer una cultura diferente y fascinante. Los búlgaros son un pueblo acogedor y amable, que saben valorar su historia y su tradición, pero también abrirse al mundo y a sus visitantes.