Seguramente te ha pasado alguna vez que, al intentar leer un cartel lejano o una letra pequeña, has entrecerrado los ojos para ver mejor. ¿A qué se debe este gesto tan común? ¿Qué beneficios tiene para nuestra visión? En este artículo te explicamos la ciencia detrás de este fenómeno.
El ojo humano es un órgano muy complejo que funciona como una cámara fotográfica. La luz entra por la pupila, que es la abertura circular que se encuentra en el centro del iris, la parte coloreada del ojo. La pupila se puede dilatar o contraer para regular la cantidad de luz que entra en el ojo, según las condiciones de iluminación. Detrás de la pupila está el cristalino, una lente transparente y flexible que cambia de forma para enfocar los objetos que vemos a diferentes distancias. La luz enfocada por el cristalino llega a la retina, una capa de tejido sensible a la luz que cubre el fondo del ojo. La retina convierte la luz en señales eléctricas que viajan por el nervio óptico hasta el cerebro, donde se procesan las imágenes.
Cuando tenemos algún problema de refracción, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, el cristalino no puede enfocar correctamente la luz en la retina, lo que provoca que veamos borroso. Estos problemas se pueden corregir con el uso de gafas, lentes de contacto o cirugía ocular. Sin embargo, cuando no tenemos estos recursos a mano, podemos recurrir a un truco muy sencillo: entrecerrar los ojos.
Al entrecerrar los ojos, estamos imitando el funcionamiento del diafragma de una cámara fotográfica. El diafragma es un dispositivo que controla la apertura por la que pasa la luz hacia el sensor de la cámara. Cuanto más pequeña es la apertura, más profunda es la profundidad de campo, es decir, más nítidos se ven los objetos tanto cercanos como lejanos. Esto se debe a que al reducir la apertura se disminuye la aberración esférica, que es un defecto óptico que hace que los rayos de luz que pasan por los bordes de una lente no se enfoquen en el mismo punto que los que pasan por el centro.
De forma similar, al entrecerrar los ojos estamos reduciendo la cantidad de luz que entra en el ojo y bloqueando los rayos de luz periféricos, lo que ayuda al cristalino a enfocar mejor la imagen en la retina. Así, podemos ver con más claridad y detalle los objetos que antes nos resultaban borrosos. Este efecto es más notable cuando hay mucha luz o cuando queremos ver algo muy lejano o muy pequeño.
Entrecerrar los ojos no es necesariamente malo para la vista, ya que es una reacción natural e involuntaria que hacemos para mejorar nuestra visión. Sin embargo, si lo hacemos con mucha frecuencia o durante mucho tiempo, puede ser una señal de que tenemos algún problema de refracción y que necesitamos graduarnos la vista. Además, entrecerrar los ojos puede provocar cansancio ocular y arrugas en el contorno de los ojos. Por eso, lo más recomendable es acudir al oftalmólogo periódicamente y usar las gafas o lentes adecuadas para cada caso.