El desierto es un lugar extremo donde las condiciones climáticas son muy duras para la vida. Sin embargo, algunas plantas han logrado adaptarse a este ambiente y sobrevivir a la sequía, el calor y la escasez de nutrientes. ¿Cómo lo hacen? En este artículo te lo contamos.
Las plantas del desierto tienen que enfrentarse a varios retos: perder poca agua por la transpiración, captar el agua disponible, resistir las altas y bajas temperaturas y reproducirse con éxito. Para ello, han desarrollado una serie de características que les permiten ahorrar, almacenar y aprovechar el agua.
Algunas de estas características son:
Suculencia: muchas plantas del desierto son suculentas, es decir, que pueden almacenar agua en sus tallos, hojas o raíces. Un ejemplo de planta suculenta es el cactus, que tiene un tallo grueso y carnoso donde guarda el agua. Además, sus hojas se han transformado en espinas para reducir la superficie de evaporación y protegerse de los animales.
Estomas: los estomas son unos poros que tienen las plantas en las hojas y que les sirven para intercambiar gases con el aire. Sin embargo, al abrirse también pierden agua por transpiración. Por eso, algunas plantas del desierto tienen estomas que solo se abren de noche, cuando hace más frío y hay menos evaporación. Así pueden realizar la fotosíntesis sin perder mucha agua. Un ejemplo de planta con este mecanismo es la yuca.
Pelos o ceras: otras plantas del desierto tienen pelos o ceras en sus hojas que les ayudan a reflejar la luz solar y a disminuir la temperatura. Así evitan el sobrecalentamiento y la deshidratación. Un ejemplo de planta con pelos es la salvia blanca y un ejemplo de planta con ceras es la jojoba.
Semillas: algunas plantas del desierto tienen semillas que pueden permanecer inactivas durante mucho tiempo hasta que llueve. Entonces germinan rápidamente y aprovechan el agua para crecer y florecer. Un ejemplo de planta con este tipo de semillas es la amapola del desierto.
Como ves, las plantas del desierto son unos seres vivos fascinantes que han sabido adaptarse a un entorno hostil. Gracias a ellas, el desierto no es un lugar tan árido y vacío como parece, sino que tiene una biodiversidad única y sorprendente.