Las matanzas de indígenas amazónicos son uno de los capítulos más oscuros de la historia del Perú. Durante la época de la explotación del caucho en la Amazonía peruana, se cometieron graves abusos y atrocidades contra los pueblos indígenas que habitaban la región. En particular, las matanzas de huitotos, boras y otros pueblos se llevaron a cabo en la cuenca del Putumayo, un territorio que el Perú perdió en la guerra contra Colombia.
Según el informe de Casement, un documento elaborado por el diplomático irlandés Roger Casement en 1912, se estima que al menos 30,000 indígenas murieron como consecuencia de la explotación del caucho y la esclavitud a la que fueron sometidos por capataces ingleses al servicio de The Peruvian Amazon Rubber Company de Julio César Arana del Águila y sus socios ingleses.
La Peruvian Amazon Rubber Company fue una compañía que se dedicó a la extracción de caucho en la Amazonía peruana a principios del siglo XX. La compañía utilizó métodos brutales para obligar a los indígenas a trabajar en la extracción del caucho, incluyendo la esclavitud y el uso de la violencia. Los indígenas eran forzados a trabajar largas horas en condiciones extremadamente duras, y eran castigados con frecuencia con palizas y torturas en caso de no cumplir con sus objetivos diarios de producción.
La compañía logró extraer alrededor de 4,000 toneladas métricas de caucho de la región, que fueron trasladadas desde los campamentos de La Chorrera y El Encanto hacia Iquitos y Manaos. La explotación del caucho generó una gran cantidad de beneficios económicos para la compañía y sus socios ingleses, con una utilidad estimada de alrededor de 1,500,000 libras esterlinas.
Las matanzas de indígenas amazónicos en la cuenca del Putumayo son un triste recordatorio de los abusos y la explotación que han sufrido los pueblos indígenas en todo el mundo. A pesar de los esfuerzos de los gobiernos y las organizaciones internacionales para proteger los derechos de los pueblos indígenas, sigue habiendo mucho por hacer para garantizar que se respeten sus derechos humanos y se les trate con dignidad y respeto.