La Antártida es el continente más austral y frío del planeta, rodeado por el océano Antártico. Su superficie es de unos 14 millones de km², pero esta cifra varía según la estación del año, debido a la formación y desaparición del hielo marino.
El hielo marino es el agua del mar que se congela y forma una capa de hielo flotante que puede alcanzar varios metros de grosor. El hielo marino no debe confundirse con el hielo continental, que es el que cubre la mayor parte de la Antártida y que se origina por la acumulación de nieve.
El hielo marino tiene un ciclo anual que depende de las variaciones de temperatura y de luz solar. En los meses fríos, de mayo a agosto, el hielo marino crece hasta cubrir unos 20 millones de km², casi el doble de la superficie del continente. Esto se debe a que las temperaturas descienden por debajo de los -20 °C y las horas de luz son escasas o nulas.
En los meses cálidos, de noviembre a febrero, el hielo marino se derrite y se reduce hasta unos 4 millones de km². Esto se debe a que las temperaturas suben por encima de los 0 °C y las horas de luz son abundantes o permanentes.
Así, cada año la Antártida cambia de tamaño por el efecto del hielo marino, que actúa como un regulador térmico del clima global. El hielo marino refleja la radiación solar y evita que el océano se caliente demasiado. Además, influye en las corrientes marinas y en el intercambio de gases entre el océano y la atmósfera.