Luego de que Álvarez de Arenales proclamó la independencia de Huancayo el 20 de noviembre de 1820, 1300 soldados españoles, al mando del brigadier Ricafort, incendiaron los pueblos de Izcuchaca y Huayucachi el 28 de diciembre.
Desde Huancán, a las 3 p.m. del siguiente día, atacaron a los comuneros de Azapampa, quienes se defendieron con picos y huaracas al mando del mayor Aldao. En total, murieron 500 campesinos huancaínos.
Por haber defendido la ciudad, el presidente marqués de Torre Tagle, le otorgó a Huancayo el título de Ciudad incontrastable.