San Martín de Porres es uno de los santos más venerados de América Latina. Su vida de humildad y servicio a los más necesitados lo convirtió en un símbolo de caridad y sacrificio. Sin embargo, muchos se preguntan por qué se le conoce como el Santo de la Escoba.
La respuesta está en su trabajo en el Convento de Santo Domingo en Lima, Perú. A pesar de su solicitud de convertirse en donado, San Martín comenzó como distribuidor de limosna y limpiador de la casa. Debido a su humildad y dedicación, sus superiores pronto lo ascendieron a la posición de barrendero.
A pesar de su bajo rango, San Martín llevaba a cabo su trabajo con amor y devoción. Se decía que incluso cuando barría las habitaciones de los enfermos, su presencia y cuidado eran tan reconfortantes como sus curaciones. Fue así como se ganó el apodo de Santo de la Escoba.
Pero su legado no se limitó a su trabajo en el convento. San Martín también fundó un orfanato y un hospital para atender a los más necesitados. Además, se dice que realizaba curaciones milagrosas y tenía la habilidad de comunicarse con los animales.
San Martín de Porres falleció el 3 de noviembre de 1639, a los 60 años de edad. Fue canonizado por el Papa Juan XXIII en 1962 y su fiesta se celebra el 3 de noviembre en el calendario católico.
En conclusión, San Martín de Porres es conocido como el Santo de la Escoba debido a su humildad y dedicación al servicio de los demás. Su legado de caridad y sacrificio sigue siendo una inspiración para muchos en todo el mundo.