Las estaciones son las cuatro divisiones del año según el clima y la duración del día y la noche. Las estaciones son: primavera, verano, otoño e invierno. Cada estación dura aproximadamente tres meses y tiene características distintivas. Por ejemplo, el verano suele ser más cálido y más largo que el invierno.
Pero, ¿por qué se producen las estaciones? La respuesta está en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol y en la inclinación de su eje de rotación.
La Tierra gira sobre sí misma una vez cada 24 horas, lo que origina el día y la noche. Además, la Tierra orbita alrededor del Sol una vez cada 365 días, lo que origina el año. Sin embargo, el eje de rotación de la Tierra no es perpendicular al plano de su órbita, sino que está inclinado unos 23,5 grados. Esta inclinación hace que la Tierra reciba los rayos del Sol con diferente ángulo e intensidad a lo largo del año.
Cuando el hemisferio norte está inclinado hacia el Sol, recibe más luz y calor que el hemisferio sur. Esto ocurre alrededor del 21 de junio y marca el inicio del verano en el norte y del invierno en el sur. Este día se llama solsticio de verano en el norte y solsticio de invierno en el sur.
Cuando el hemisferio sur está inclinado hacia el Sol, recibe más luz y calor que el hemisferio norte. Esto ocurre alrededor del 21 de diciembre y marca el inicio del verano en el sur y del invierno en el norte. Este día se llama solsticio de verano en el sur y solsticio de invierno en el norte.
Cuando ninguno de los dos hemisferios está inclinado hacia el Sol, ambos reciben la misma cantidad de luz y calor. Esto ocurre dos veces al año, alrededor del 21 de marzo y del 23 de septiembre. Estos días se llaman equinoccios de primavera y de otoño, respectivamente, y marcan el inicio de estas estaciones en ambos hemisferios.
Así pues, las estaciones se producen por la combinación del movimiento de traslación e inclinación de la Tierra, que hace que los rayos del Sol incidan con diferente ángulo e intensidad sobre cada hemisferio a lo largo del año.